| Clasificación Razonada |
La obra de Ernesto neto se inscribe dentro de los parámetros de lo sensorial y lo temporal, en relación a la identidad biológica y vital del ser. Sus trabajos seducen a través de sus formas orgánicas, que apelan a lo multi-sensorial, a la visión y a lo táctil como aquí, y como en otras del artista, a lo olfativo y lo auditivo. El material de que se vale para lograrlo se basa principalmente en las cualidades de transparencia, color, ligereza y flexibilidad del tul de Lycra, el cual rellena en parte creando diversas protuberancias con diversos materiales, en este caso con bolitas de polipropileno y cuentas de cristal. Estos materiales en conjunción funcionan como tejido y como masa, creando un juego de formas ingrávidas que se debaten por resistir u oponer resistencia a la fuerza de la gravedad, y de esa forma transmitiéndola sensorialmente al espectador. Todos estos volúmenes y formas se interconectan creando una estructura singular, que hace que Ernesto Neto deambule entre lo escultórico y lo arquitectónico, siendo la inmersión física del espectador un elemento esencial, invitándole a desplegar un múltiple y continuado ejercicio sensorial, que a su vez implica un universo de realidades intelectuales, que conecta con la tradición del movimiento neoconcreto brasileño, como por ejemplo, en A casa é o corpo (1968) de Lygia Clark.
El trabajo de Neto transmite elementos que implican fuerzas esenciales y formadoras del Universo, en conjunción con lo corporal, creando una tensión constante entre opuestos (pesado-leve, dentro-fuera, transparente-opaco), que remiten igualmente a procesos que involucran al ser humano, en relación a lo carnal y a las pulsiones físicas que tienen que ver con el deseo. En definitiva, es una puesta en escena ampliada de las fuerzas y formas que están en juego en la pulsión vital de la naturaleza humana. Nos introduce en él y en las fuerzas que lo definen, principalmente la gravedad, con la que se debate, y el tiempo, definido por la experiencia del espectador al introducirse y recorrer las formas en el espacio.
De ahí que en obras anteriores las defina como "naves", elemento que implica el desplazamiento, y que asimilado al uso actual del término indica el "desplazarse a través de una red o sistema". Este nuevo sistema o red que despliega Neto fagocita a su vez al espacio donde se instala, convirtiéndose en una nueva estructura cuasi-arquitectónica, que nos remite a las experiencias del Quasi-Cinema de Hélio Oiticica y Neville d´Almeida, o a los conceptos arquitectónicos de Frederick Kiesler desplegados en su proyecto utópico "Casa sin fin", en la que la estructura, como en el trabajo de Neto, debía generar dinámicas entre espacio, usuario, materia y concepto y es llamada "sin fin" "[...] porque todos sus cabos se unen, y se unen de forma continua. Al igual que el cuerpo, no tiene fin [.] El "sin fin" es más bien sensual, tomando al cuerpo humano como analogía [.]" como indicaba en los años sesenta el arquitecto y que se puede asimilar a las cualidades plásticas de la obra de Neto. El título "El peso, el tiempo, el cuerpo, la luna y el amor ... ¡Wow!" condensa de forma clara lo que busca transmitir, aquellos elementos que se relacionan, interactúan y configuran lo vital y que ante ellos, al igual que al espectador en su interacción con ella, no le queda más que exclamar "¡Wow!.
[Texto de Roberto Díaz]
|
